viento
barrendero incansable
que llena los recovecos de la ciudad
alcantarillas
depredadoras omnívoras
que se atragantan sin masticar
calles
depositarias de huellas personales
que evocan los pasos andados e insinúan los
que dar
lluvia
pequeñas cuotas de vida
que a cambio de nada se llevan nuestra
suciedad
rayo
luz rauda que apaga la noche
y fugaz se convierte en recuerdo
tierra
albergue público maltratado
que acoge como una madre, sin distinción
sol
artista insomne
que incansable da forma y color
sombra
amante intocable
compañera inseparable
ríos
venas verdes de la tierra
que corren con su sangre inyectada
farolas
luciérnagas de ciudad
que sueñan con poder volar
coches
vehículos de egos
henchidos de sí mismos
parque
oasis de imaginación
último reducto del niño
bosques
sedes parlamentarias
donde reside la voz de la creación
hijos
espejo que egoísta
nos refleja cual diamante en bruto
adulto
muerte del niño
saco de responsabilidades
amor
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