Lo sé, falta algún detalle por llorar
algún resquicio que sellar…
y el juicio,
débil de voluntad,
se escapa por ahí, sin mirar atrás;
entonces, rendida la batalla
se rompe la tregua,
y quieto, temblando
con los ojos cerrados,
miro el desfile de la vergüenza
la comparsa de relojes colgados
marcan unísonos el paso
de los delirios que abarrotan mi habitación
mientras toco en vano a retirada
y espero desesperado la tregua
pero la paz no llega
y el lienzo de mi cama
se empapa con los desperdicios de mi alma,
militante del bando contrario,
que dibuja un cuadro macabro
en los recovecos de mi superyó
Mientras, el tic tac de fondo…
desaparecen los detalles…
ya no importa porque se fueron
con el primer rayo de sol
que, disfrazado de atisbo de esperanza,
acorrala las sombras
de mi imaginación.
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