viernes, 30 de noviembre de 2012

más arena en el desierto...


Es aterrador… la peor pesadilla de cualquier periodista o escritor… no saber nada acerca de lo que tienes que escribir.

Hoy ha muerto otra persona y no sabemos aún porqué… en realidad han muerto más, y sigo sin tener ni la más remota idea de cómo ni porqué... y eso me aterra.

Por un pasillo corren mucho más de 10.000 personas que luchan por salir de un recinto, encerradas. El resto de nosotros estamos fuera, y la gran mayoría observamos desde casa, a posteriori, las imágenes de cómo transcurre la tragedia, sin que nos roce siquiera… hasta que la tragedia arrolla y pasa por encima de unos padres que tumbados en su cama reciben el peso de más de 17.000 personas en su corazón.

Hablamos de una y de cada una de las cinco personas… de lo que hubiera sido su vida, de vivirla con todos los matices: hacer, sonreír, pensar, actuar, relacionarse… con la potencialidad infinita de su imaginación…
pero no…
ya no hay posibilidad para eso.

El terror sigue aquí dentro, lo noto porque continúo haciéndome las mismas preguntas… pero me doy cuenta de que prefiero que siga ahí, que me recuerde cada segundo si hace falta la razón por la que empecé a escribir… porque fácilmente se diluye el temor en lo cotidiano dejando abandonados a esos padres que día a día sufren en lo más hondo esa pérdida. No quiero abandonarlos, me niego y por eso quiero que alguien responda PORQUE? PARA QUE?

Creo que hay personas que conviven con este miedo día a día… los alimenta y les hace capaces de seguir una dirección; yo no soy así, pero hoy quería escribir algo sobre eso… sobre algo que no conozco…
no conozco cuántas entradas se vendieron…
no conozco cuántas personas asistieron…
no conozco cuántas salidas de emergencia había…
pero sobre todo, no conozco cuánto pesan 17.000 personas aplastándote mientras luchas en vano por tu vida.
Ese peso lo deberían soportar todos y cada uno de los responsables, asumir el miedo que provoca y luchar para que ese miedo no se vaya, hacerlo suyo, parte esencial de ellos… para que en un futuro tengan ese miedo a mano para poder usarlo en provecho de otras miles y miles de personas.