viernes, 19 de abril de 2024

Chaqueta metálica

 

Siempre hay alguien que rompe la norma, pero es que hay tantas probabilidades de romperla alguna vez, que tarde o temprano te toca. Y cuando eres tú el que está en el centro de la diana, es cuando te preguntas porqué te están juzgando, solo has fallado esta vez. Todos han triunfado donde tú fracasaste. Era fácil. Aun así, la vara de medir estaba demasiado alta para ti, no para los demás. Errar así hace que la herida penetre hondo, porque dabas por hecho que nunca te iba a pasar.

¿Por qué actuamos de este modo? La pertenencia al grupo, el egoísmo, la envidia, las inseguridades… la lista de la compra del diablo rojo con tridente que, grabado a fuego en nuestro imaginario, justifica nuestra falta de empatía. Porque cuando no somos nosotros quienes fallamos, nos cuesta entender el fallo y se dispara la crítica. Pero cuando nos toca, el diablo no sale al rescate, no. ¡Diablo, fuego amigo que te rodea! Que certero susurra al oído, cercano e íntimo, tu catarata de errores.

Huella difícil de borrar, simiente que labra hondo nuestra alma. Fruto que, a veces, resulta mortal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario